Mujeres a la ciencia, el reto del siglo

El 35% de los estudiantes matriculados en carreras de STEM (ciencia, la tecnología, las ingenierías y las matemáticas) son mujeres, de acuerdo a la Unesco.

Si bien en la actualidad la ciencia ya no es considerada un campo exclusivo para los hombres, las mujeres continúan siendo desalentadas de perseguir una carrera en esta rama y, aún cuando logran entrar al campo laboral, son minoría. Las disciplinas del área STEM continúan siendo un campo dominado por hombres. Según señala la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), sólo el 28% de los investigadores del mundo son mujeres. De acuerdo con datos de la Unesco, sólo uno de cada cinco países ha alcanzado la paridad de género.

Tan sólo en América Latina, las mujeres ocupan el 45% de los puestos de investigación científica en promedio; sin embargo, no en todos los países las mujeres gozan de la misma igualdad, ya que mientras en Venezuela y Bolivia el porcentaje de mujeres investigadoras es de 62%, en Colombia la cifra baja a 38%, mientras que en México y Chile llega al 33%. A nivel mundial las cifras no son más alentadoras, ya que mientras en Suiza el promedio de mujeres investigadoras es de 34%, en Alemania abarcan el 28%, en Francia ocupan 27% mientras que en Japón llegan tan sólo al 17%. Delfina Grossi, líder del proyecto Women at Google, señala que en Google, a nivel global, sólo el 31% de los empleados son mujeres en puestos de tecnología y liderazgo, situación que creció un punto porcentual respecto a 2017.

La especialista también dice que Google está cambiando las formas en las que recluta a sus empleados, que sus políticas son incluyentes y que las plazas se otorgan sin importar si se trata de un hombre o una mujer. ‘No nos vamos a fijar en las fotos, siempre vamos a enfocarnos en el talento’ expresó. Google está haciendo un trabajo con la comunidad intentando que más mujeres estén en el mundo de la tecnología. ‘Tenemos que asegurar que todas las comunidades se beneficien de la web porque más allá de la brecha de género hay una brecha digital’. La brecha comienza en etapas tempranas El problema de la brecha de género en esta área comienza desde la educación secundaria, ya que de acuerdo con un estudio realizado por la Unesco en 2016, a pesar de que las niñas tienden a obtener mejores resultados en las pruebas de matemáticas que los niños cuando se encuentran en tercer grado de primaria, esto cambia una vez que entran a sexto grado.

Y la tendencia continúa cuando, al llegar a la Universidad, las mujeres eligen con menor frecuencia carreras relacionadas con la ciencia y la tecnología. En gran parte la baja participación de las mujeres en la ciencia se debe a que existen barreras de género denominadas ‘horizontales’ y ‘verticales’: las primeras se refieren al fenómeno en el que las mujeres se inclinan por realizar actividades vinculadas a la feminidad, mientras que la segregación vertical se refiere al fenómeno en cual las mujeres no logran avanzar a puestos de liderazgo en sus trayectorias profesionales de manera igualitaria en comparación con los hombres.

De esta manera, mientras varias mujeres son presionadas para alejarse de los campos de la ciencia y la tecnología por ser considerados ámbitos masculinos, muchas de las mujeres que logran desarrollar su interés en estas ramas y estudiar una carrera relacionada son publicadas con menor frecuencia, reciben un salario más bajo que el de sus colegas y nunca llegan a ocupar un puesto de liderazgo dentro de sus lugares de trabajo.

Según el estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo ‘Las brechas de género en ciencia, tecnología e innovación en América Latina y el Caribe’, el 30 % de los puestos de liderazgo son ocupados por mujeres en esta región y el 35% de las empresas no tiene a ninguna mujer en estas posiciones, lo cual no sólo afecta a las profesionales, sino también a la economía de los países. El estudio señala que, si por ejemplo, en México se eliminara la desigualdad de género en la promoción de altos grados académicos, el país se beneficiaría con un incremento en la productividad científica entre 17% y 20%.

 

Fuente: Publimetro, 08/03/2018.

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