Una investigación estadounidense hace un análisis de los empleos perdidos y ganados en los diferentes escenarios de la automatización hasta el año 2030.
En una era marcada por la revolución tecnológica y los rápidos avances de la automatización, los efectos se verán cada vez más reflejados en la productividad del trabajo como algo favorable para todos, sin embargo esto también ha despertado una gran preocupación pública.
Robots, autos que se manejan solos, máquinas que leen rayos x y algoritmos que responden a las consultas de servicio al cliente son algunas de los ejemplos de esta gran revolución. A pesar de que las tecnologías aumentan y mejoran la vida de todos, su uso sustituirá una parte importante de las actividades laborales desarrolladas por los humanos a lo largo de toda la historia.
Un informe revelado por McKinsey Global Institute en enero de 2017, denominado “Trabajos perdidos, trabajos ganados: Transiciones de la fuerza laboral en un tiempo de automatización” (Jobs lost, jobs gained: Workforce transitions in a time of automation), evalúa la cantidad y los tipos de trabajos que podrían crearse en diferentes escenarios hasta el 2030 y lo compara con los trabajos que podrían perderse en la automatización.
Los principales hallazgos del estudio
Entre las conclusiones de esta investigación, una de las más importantes es que si bien habrá suficiente trabajo para mantener el pleno empleo hasta el 2030, las transiciones serán muy desafiantes en el campo de la agricultura y manufactura, en comparación a las que se han visto en el pasado. Asimismo, en aproximadamente un 60% de los trabajos al menos un tercio de las actividades constitutivas podrían automatizarse, lo que implicaría cambios importantes en el lugar de trabajo para los trabajadores. Sin embargo en el caso de muy pocas ocupaciones –menos del 5%- consisten en actividades que podrán ser automatizadas por completo.
Profesiones como la de los médicos, enfermeras, abogados, científicos y académicos, no disminuirán considerablemente, y en el caso de los profesionales técnicos, como ingenieros computacionales o especialistas en computación, su tasa de empleabilidad aumentará considerablemente.
Sin embargo en el caso de los trabajos que cumplan con funciones predictivas en sus tareas, éstos serán reemplazados por la automatización y disminuirá considerablemente su tasa de empleo. Ejemplo de esto son los trabajadores de soporte en la oficina, asistentes administrativos, trabajadores de instalación y reparación de equipos, operadores de equipos de limpieza, trabajadores de preparación de alimentos y mecánica en general.
En conclusión, el impacto potencial de la automatización en el empleo varía según la ocupación y el sector. Las actividades más susceptibles a la automatización incluyen actividades físicas en entornos predecibles, como operar maquinaria y preparar comida rápida. La recopilación y el procesamiento de datos son otras dos categorías de actividades que cada vez se pueden hacer mejor y más rápido con las máquinas. La automatización tendrá un menor efecto en los trabajos que involucran la administración de personas, la aplicación de experiencia y las interacciones sociales, donde las máquinas no pueden y no podrán igualar el desempeño humano en los próximos años.
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