A partir del 2020, la firma británica Times Higher Education —que anualmente elabora una clasificación de las mejores universidades del mundo— lanzará un nuevo formato para medir la calidad de la educación superior. En vez de analizar factores como el número de alumnos por cada profesor, el total de académicos con doctorados o la matrícula de estudiantes extranjeros, sus University Impact Rankings se centrará en ver qué tan enfocadas están las universidades del mundo en cumplir con los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de Naciones Unidas.
Los ODS son un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad, y forman parte de una agenda de desarrollo sustentable cuya meta es el año 2030. Para medir si se cumplen o no, Times Higher explicó que analizará factores como el volumen de investigación que generan las universidades en relación con nuevas soluciones para acabar con la pobreza y el hambre (objetivos 1 y 2, respectivamente) o cuán responsable son las instituciones en promover el consumo responsable de agua (12).
‘A menudo se acusa a los rankings de promover la competencia, pero vale la pena señalar que muchas de las cosas que medimos se relacionan explícitamente con la idea de colaborar unos con otros’, indica Duncan Ross, director de datos y análisis de la compañía, para destacar que se tomará en cuenta, por ejemplo, cómo las universidades trabajan con sus comunidades para promover el cuidado de vida submarina (objetivo 14) o la reducción de las desigualdades (10).
No es la única clasificación universitaria que ha decidido dar un giro en sus mediciones. Mientras que Reuters optó por crear una medición exclusivamente centrada en estimar qué tan innovadoras son las distintas casas de estudio —lo que supone evaluar el número de patentes solicitadas, así como el total de otorgadas—, el diario inglés The Guardian creó listas en las que destaca cuáles universidades se esfuerzan en mantener un equipo de académicos diverso, cuáles saben generar buenas alianzas con la industria, así como cuáles tienen un diseño curricular innovador. Esta semana, la revista Nature publicó un especial sobre universidades jóvenes, un ranking que destaca las mejores instituciones del mundo con menos de 50 años de existencia.
¿Por qué quisieron desenmarcarse de las clasificaciones más comunes, que incluyen a las universidades tradicionales? La respuesta es que ahí hay todo un nicho que está llamando poderosamente la atención de los estudiantes, dice la editora Bec Crew. ‘Algunas de estas universidades están logrando avances notables en cuanto a atraer talento, con investigaciones y colaboraciones de alta calidad. Los líderes de estas instituciones a menudo citan razones similares para su éxito: muchos se sienten liberados de las tradiciones que caracterizan a las instituciones más antiguas y enumeran culturas interdisciplinarias fuertes, un historial de innovación y la capacidad de atraer a alumnos más diversos’.
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