La relación entre los padres y un estudiante cambian al dejar atrás el colegio. Las costumbres ya no son las mismas y los jóvenes adquieren mayor libertad.
La vida de los jóvenes que entran a la universidad por primera vez experimenta profundos cambios. La relación entre los padres y un estudiante de primer año es muy distinta a la que tenían cuando éste último estaba en el colegio. Los padres ya no son “apoderados” de su hijo, ya no reciben el informe de notas, la asistencia, ni tampoco tienen la opción de tener reuniones con los profesores que les permitan estar al tanto del avance curricular.
Todo lo anterior se traduce en una libertad mucho mayor para el joven que la que tenía durante su paso por la educación básica y enseñanza media. Esta situación preocupa a muchos padres que se preguntan cómo manejar la nueva independencia de sus hijos.
De acuerdo a la Directora Nacional de Orientación del Preuniversitario Pedro de Valdivia , Beatriz Rivera, el primer consejo tiene que ver con “aceptar el proceso de aprendizaje como propio y personal del estudiante”.
“En la escuela y liceo era necesario la orientación por parte de los padres, ahora es el turno de su hijo/a. Es responsabilidad del apoderado preocuparse por el rendimiento de su pupilo, consultarle y tomar medidas al respecto teniendo en consideración las posibles dificultades que pueda estar viviendo al adaptarse a un nuevo estilo de enseñanza-aprendizaje”, recalca la psicóloga.
En este sentido, la especialista agrega que “en la universidad el o la joven es responsable de autogestionar su tiempo, y aunque la costumbre nos puede llevar a querer supervisar todo, es también un aprendizaje relevante de la adultez que cada estudiante pueda ir revisando su rendimiento, tomar medidas por su cuenta y buscar ayuda si la necesita. Como padres deben permitirle a su hijo o hija desplegar todas las herramientas que se le han otorgado durante todos estos años”.
Cambio de horarios
A raíz del cambio de rutina, es normal que el universitario de primer año se enfrente a nuevos horarios de estudio, almuerzo, entre otros, que nunca tuvo antes. Según la psicóloga Rivera, esto “es mucho más frecuente en los primeros años y en finales de semestre, lo que generalmente viene acompañado de estrés e irritabilidad”.
En este sentido, hay que recalcar la importancia de mantener buenos hábitos alimenticios y respetar las horas de sueño, pero como consejo para los padres, ser muy insistentes puede generar un mayor malestar en los estudiantes.
“Es recomendable consultar a su hijo/a cómo puede usted ayudar para que esta situación de estrés ocurra lo menos posible o simplemente sugerir una visita al área estudiantil de la Universidad para obtener ayuda”, puntualiza la psicóloga del PDV.
Estudiar en otra ciudad
Otro escenario habitual es el del estudiante que debe trasladarse a otra ciudad para asistir a la universidad. Aunque es algo común, muchos padres se pondrán nerviosos ahora que no vivirán con sus hijos y que muchas veces no estarán al tanto de sus actividades diarias.
“Ser padres es difícil, o cabe duda, si bien no existen fórmulas mágicas para afrontar estos procesos de cambio, estas sugerencias podrían servir para orientarlos a la hora de relacionarse con sus hijos. Ser comprensivos y acogedores siempre será una buena estrategia”, recalca Rivera.
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