Estudio con alumnos de segundo medio fue realizado en Noruega y señala que el hecho de tener que mover el texto en la pantalla y de no tener la visión de conjunto que se obtiene con un libro sería un obstáculo cognitivo para el lector. Las personas perciben la pantalla como adecuada para una lectura rápida y superficial de textos cortos, como noticias, e-mails o chats.
No es un asunto de nostalgia por los libros, pero algunos estudios parecen confirmar que el texto impreso permite una mejor comprensión lectora que leer el mismo texto en la pantalla de un dispositivo electrónico.
Al mismo tiempo, existe una tendencia creciente a abandonar los libros impresos y leer en pantalla, sobre todo entre las nuevas generaciones, cada vez más habituadas a la lectura en notebooks , tabletas, teléfonos inteligentes o e-readers . En algunos sistemas escolares, además, cada vez se distribuyen más contenidos a los estudiantes en PDF.
Este es el caso de Noruega, país donde la U. de Stavanger realizó un estudio publicado por la revista “International Journal of Educational Research” . Sus resultados demuestran que los estudiantes que leyeron un texto impreso tuvieron resultados significativamente mejores en la evaluación de su comprensión, que los que leyeron el mismo texto en PDF en su computador.
El trabajo se realizó con 72 alumnos de décimo grado, equivalente a nuestro segundo año de enseñanza media, de entre 15 y 16 años, y pertenecientes a dos colegios.
Posibles causas
Varias hipótesis intentan explicar esta situación. Una es que al leer en PDF hay que ir moviendo el texto con el cursor puesto sobre la barra lateral derecha ( scroll ). “Esto es algo que se sabe que dificulta el proceso de lectura, imponiendo una inestabilidad espacial que puede afectar negativamente la representación mental del texto, por lo cual se afecta su comprensión”, dicen los autores.
Otra causa sería que la pantalla restringe el acceso al texto completo. Muchos lectores recuerdan el lugar -en la parte superior de la página, por ejemplo- donde está determinada información. Tener un buen mapa mental del texto es un gran respaldo para comprender lo que se lee. Esto porque poder localizar el orden de la información en el texto permite una mejor comprensión de él.
Al leer en pantalla se produce una ruptura de este mapa mental, lo que dificulta la comprensión y el recuerdo de lo leído.
Si se tiene en cuenta además que la prueba de comprensión de los estudiantes se hizo online , se entiende que quienes tenían sus contenidos en papel pudieran responder con más facilidad las preguntas, ya que tienen fácil acceso al texto en su integridad. Quienes leyeron en PDF, para responder el test debían cambiar constantemente de ventana en el computador, entre el texto leído y las preguntas, con el correspondiente costo cognitivo.
Para Lilia Concha, directora de la Escuela de Educación de la U. Alberto Hurtado, este estudio reafirma que la lectura es mucho más que decodificar. “Es un proceso holístico, global. Por eso, la lectura en pantalla disminuye la comprensión del texto en comparación con un impreso”, explica. Según agrega, las personas no leen por fragmentos y, por eso, es bueno mirar el texto completo.
A Lorena Medina, directora del Centro de Estudios de Políticas y Prácticas de la Educación (Ceppe), de la U. Católica, no le extraña que en la evaluación les vaya mejor a los que leyeron en papel. “Al leer en PDF hay una mayor demanda cognitiva, ya que la representación global del texto se va construyendo a medida que uno lo mueve en la pantalla”, advierte.
Pero esta experta no está tan segura de si los resultados serían los mismos si en el computador en lugar de un texto lineal, que es monomodal, se tiene un contenido que es más propio de la web; es decir, multimodal, que tiene lenguaje, imágenes, íconos, sonido, entre otros elementos.
En opinión de Roberto Cabrera, académico de la Facultad de Educación de la U. Diego Portales, el PDF es una solución pragmática al problema de que no hay suficientes libros. “Uno como profesor lo usa cuando digitaliza un texto que no está en la biblioteca o del que no hay suficientes ejemplares. Entonces uno lo digitaliza y lo pone en la web, pero igual los alumnos lo imprimen para estudiar, porque está el concepto de que un texto académico se lee mejor en papel”, dice.
Para Lilia, lo que se debe lograr es “ser un lector estratégico”. No es lo mismo leer un diccionario, el diario o una novela.
Lorena coincide en que la persona tiene una actitud distinta dependiendo de lo que va a leer. “Frente al diario, por ejemplo, la persona lee el título y la bajada y ahí decide si sigue leyendo o no. Pero lo importante es que la gente lea más, tanto en papel como en pantalla”, explica.
Según Roberto, este tipo de investigación debería hacerse más frecuente, ya que “nos da pistas sobre los problemas que enfrentamos con las nuevas tecnologías”.
Los expertos coinciden en que estos trabajos son un feedback para mejorar la presentación de los textos digitales y, de paso, su uso como instrumento de aprendizaje.
Fuente: El Mercurio, 07/10/2013